El colegio público Joaquim Ruyra de L'Hospitalet de Llobregat sorprende con sus excelentes resultados en las pruebas de competencias básicas de primaria que realiza la Generalitat.

El centro, público y con una población escolar en la que el 90% de los estudiantes son de origen extranjero y más del 95% reciben una beca de comedor, rompe con todas aquellas teorías pedagógicas que vinculan los resultados escolares de un niño al nivel de formación que tienen sus padres (y sobre todo a los estudios de la madre).  

 

La receta del éxito: familias implicadas, trabajo en equipo y nada de improvisación

 

Un problema administrativo dejó al Joaquim Ruyra fuera del listado de centros educativos de máxima complejidad socioeconómica y, por lo tanto, sin la plantilla de maestros adicionales que la Conselleria d'Ensenyament destina a este tipo de colegios. Pese a ello, la treintena de docentes que trabajan en el colegio “han conseguido que una escuela que hace unos años era un centro con graves problemas sociales y de convivencia, ahora esté rayando la excelencia”, destaca Jaume Graells, concejal de Educación del Ayuntamiento de L'Hospitalet.

Las aulas abiertas, el aprendizaje activo y colaborativo entre los alumnos y la implicación de las familias en la vida escolar no solo han mejorado los resultados en las pruebas de competencias básicas de primaria, sino que casi el 90% de los alumnos que llegan al bachillerato en el instituto del barrio, el Fontseré, son exalumnos del Ruyra.
 
Podéis leer la notícia completa aquí.